Buenas, queridos amigos:

En estos días estamos viendo como, la capital del Estado ha caido presa de unos desaprensivos, que haciendo dejación en el cumplimiento de la ley, tienen secuestrados a los habitantes de la comunidad de Madrid, especialmente la ciudad de Madrid. La severa reacción de estos hipoteticos defensores de los trabajadores, aquellos a los que han impedido ir a trabajar por la paralización del metro de madrid (principal arteria de transporte de la comunidad), ha cogido de sorpresa a toda la sociedad española, por la brutal y flagrante vulneración de los derechos de los ciudadanos por el incumplimiento evidente e insultante de la ley.

Porque uno de los derechos más importantes de las ciudadanos es el derecho a la libertad, en su esencia la de poder deambular, es decir, la libertad deambulatoria. La establece que para que una huelga que afecte a servicios esenciales para la población, como son la seguridad, la sanidad, o como en este caso el transporte, debe cumplir una serie de requisitos para que esta devenga en una huelga legal. Uno de los requisitos esenciales, es la de la facilitación de unos servicios mínimos, es decir, que se pueda compatibilizar el derecho de los trabajadores a la reivindicaciones de sus derechos laborales, junto con el derecho de los ciudadanos de deambular libremente por la ciudad. En este caso no se han cumplido los servicios mínimos, que deben alcanzar al menos el 30 % de su funcionamiento, sino que hemos visto como se han paralizado todas las lineas de metro, se han producido sabotajes e incluso agresiones a trabajadores que no habian secundado la huelga.

Todo esto ha sido orquestado por una casta de ciudadanos, que se consideran por encima de los demas por sus privilegios, los denominados «liberados sindicales», los cuales cobrando lo que pagamos con nuestros impuestos, sin hacer nada y sin doblar el espinazo, se han puesto en pie de guerra ante la disminución de un 5 % del sueldo de los funcionarios del metro de madrid, uno de los colectivos de la comunidad más protegidos y mimados de todos.

Sinceramente, este asunto de los liberados sindicales, me produce un quebranto moral inmediato, porque me hace pensar ¿porque pagamos a unas personas con nuestros impuestos por no hacer nada? ¿como se fiscaliza lo que hipoteticamente hacen? considero que hay que acabar con esta casta parasitaria, sobre todo en estos momentos de crisis donde se deben llevar a cabo medidas de auteridad, entre ellas las que los propios sindicatos y partidos políticos sean financiados no por el Estado, sino por sus propios afiliados y por donaciones privados, como así ocurre en muchos otros paises, como en Estados Unidos.

Si los sindicatos fueran los que pagaran personalmente a los liberados sindicales, otro gallo cantaría, haber quien era el guapo que iba a estar tostandose al sol, mientras sus compañeros doblan el espinazo para pagarles el sueldo, ¿Creeis que los propios afiliados iban a consentir que eso siguiera existiendo?

Esto no puede seguir así, se deben de modificar la forma de financiación repito de los sindicatos y partidos políticos, porque se debe de financiar a un partido político, es que no son estos expresión de la sociedad, es que no son auspiciados por los apoyos de esta, pues debe ser esta la que lo mantenga, no el Estado, es decir, que sean los afiliados los que los financien, no mis impuestos. Porque ese es uno de los intereses de los partidos terroristas para meterse en política, como ANV, que querían obtener las subvenciones del Estado.

Por otro lado, no podemos seguir soportando tras más de 30 años de democracia, que sigamos conviviendo con una ley de huelga preconstitucional, que es plenamente casi inoperante por no responder a las necesidades de una sociedad del siglo XXI. Bien es cierto, que a ninguno de los dos grandes partidos le conviene llevarla a cabo, porque sabe que la respuesta de los sindicatos siempre será negativa a cualquier cambio, aunque esta sea buena para el devenir de toda la Nación.

Les voy a dejar un excelente editorial del programa de Cesar Vidal, en «EsRadio», el cual resume muy bien el climax de la huelga en madrid, bastante clarividente son sus incisas palabras, como siempre, esperemos que calen pronto en la población, para no seguir soportando a los parasitos de los «liberados sindicales» que hartos de no hacer nada, estan espectantes a la espera de su sueldo, resultante del sudor de nuestra frente.

Editorial de Cesar Vidal, EsRadio

S. M. I. El Emperador